EL GRAL ALVEAR EN EE UU

El Gral. Carlos María de Alvear, fue una figura controvertida de nuestra historia; al igual que mucho de nuestros próceres, su vida militar y política, atravesó por diversas circunstancias que lo muestran, a la distancia, con posiciones encontradas. Fue rival del Gral. San Martín en la conducción militar del ejército libertador; sitió triunfante el puerto de Montevideo, contra los realistas; presidió la Asamblea del año Xlll siendo muy jóven; fue monárquico; condujo el ejército Nacional, victorioso en la guerra contra el Brasil; gobernante y luego exiliado. Diplomático. En 1824, es asignado por Rivadavia, a los Estados Unidos, en representación de las nacientes Provincias Unidas del Río de la Plata; luego es Juan Manuel de Rosas, quien en el año 1838 lo designa nuevamente representante de la Confederación Argentina ante los EE UU, permaneciendo en el cargo hasta 1852.
Resulta interesante recordar su informe al Gobierno de la Confederación, respecto a la política internacional de aquel país del año 1844.
Pronosticaba el Gral. Alvear: “La política Norte Americana en sus planes de ambición se despliega de un modo hipócrita y pérfido caminando siempre a su objeto con previsión y tenaz perseverancia. Hasta ahora, este país había afectado una especie de protección hacia los otros pueblos y gobiernos del nuevo mundo, manifestando algunas simpatías por ellos alguna vez ejercido sus buenos oficios a favor de alguno de ellos. Esta noble conducta había sugerido a la Europa la creencia que cualquier plan ambicioso de su parte hallaría una fuerte resistencia en los EE UU. La causa americana, una misma forma de gobierno, todo en fin parecía contribuir a que esta hábil política no se alteraría…”
“Ya no es este país aquella antigua patria de Washington compuesta de ciudadanos sencillos y modestos, pero puros y contentos con su estado. Sin ambición, respetando los derechos ajenos a la par de los propios y haciéndose admirar al extranjero por la práctica en todas las virtudes sociales. Entonces esta República, contaba solo algo más de dos millones de habitantes repartidos en trece estados independientes. Pero poco más de medio siglo ha bastado para que cuente hoy día con veinte millones de habitantes y para que la Unión se componga con veintinueve estados y dos territorios. Así, su política simpática y protectora hacia el resto de la América, ha sucedido una hostil y ambiciosa. Hace doce años que esta ambiciosa política comenzó a nacer y con la rapidez que crece y se desarrolla todo en este país este tiempo ha bastado para hacerla general a las masas. La voz de la justicia y del derecho ha perdido toda su fuerza en este país y si un resto de pudor por la moral pública del mundo contenía una parte de sus habitantes, una vez el primer paso dado con la incorporación de Texas este pueblo se lanza y continuará en la carrera de usurpaciones sin que sea posible contenerlo por otros medios que no sean los de la fuerza y poder que se emplee en resistirle; pues la ambición de conquista, sin reparar en la justicia de sus medios, es desgraciadamente un hecho que domina a la mayoría del pueblo Norte Americano, y que así mismo amenaza la suerte futura de los pueblos del nuevo mundo, ofreciéndoles un sangriento porvenir de guerras, usurpaciones e injusticias.” Y culmina su informe el Gral. Alvear, pronosticando allá por el año 1844: “…de este modo una República Americana considerada hasta ahora como la protectora de las demás, se convierte de pronto en el enemigo más temible supuesto que todos sus planes de engrandecimiento se fundan en todo el resto de la América, como presa más fácil de devorar.”
Carlos María de Alvear - EE UU 1844

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